El afán se vuelve parte de nuestro estilo de vida cuando nos mantenemos desconectados de nuestra identidad de hijos, pues recordemos que tener miedo es igual a imaginar un futuro sin Dios, si Él no se preocupa por nada ¿Por qué habremos de hacerlo nosotros?

Es común enfrentarnos a situaciones que parecen preocupantes e incluso que no tienen salida, pero en medio de eso, Dios está presente, más cerca de lo que creemos y su voluntad es darnos de manera abundante todo tipo de bendiciones. No olvides que es un buen padre y por lo tanto siempre está al pendiente de todo lo que necesitamos, pero Él no da únicamente lo necesario, sino que conoce nuestros anhelos y deseos, y los supera grandemente una y otra vez dándonos más de lo que hemos pedido o soñado. 


“Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? ¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?” Mateo 6:25-27


No permitamos que el afán o el miedo al futuro se apodere de la confianza que tenemos en Jesús, podemos descansar en que nunca va a dejarnos porque está a cargo de cada área de nuestras vidas. Aún el deseo que parezca más insignificante, es importante para Él, por esa razón no debemos limitar el acceso que tenemos al Padre para darle a conocer todo aquello que necesitemos. Desde antes de hacer una petición Él ya está trabajando para darte más de lo que le has pedido. 


Dios puso dentro de nosotros las habilidades, dones y talentos para producir riquezas. No limitemos todo el potencial que Dios nos dio por miedo a perder lo que tenemos asegurado, sino que tomemos el riesgo de vivir una vida de fe por completo. En lo natural, mientras más das menos tienes, pero en el Reino mientras más das, más recibes. Porque las leyes del Reino están basadas en la generosidad y el amor. 


“Si empiezan a pensar para ustedes mismos, “Yo hice todo esto. Y todo por mi cuenta. Soy rico. ¡Es todo mío! ”- bueno, piénselo de nuevo. Recuerda que Dios, tu Dios, te dio la fuerza para producir toda esta riqueza a fin de confirmar el pacto que prometió a tus antepasados, tal como es hoy”. Deuteronomio 8:18 MSG



Activación 

Toma un momento para hablar con el Espíritu Santo, ¿estás atravesando por un momento de preocupación? Si es así, elige poner todo el afán y el estrés a sus pies. Deja que Él te llene con su paz. No olvides que su corazón es abundancia, no escasez. Si tienes alguna necesidad compártela con Él y aún si es algo que solamente deseas, como buen padre Dios quiere consentirte y sorprenderte con regalos. 

No limites su forma de dar a lo natural, ten presente que Él se mueve en lo sobrenatural y no existe nada imposible para Él. Suelta cualquier carga y descansa en que Jesús pagó todas las deudas que podríamos tener para darnos una vida de abundancia, plenitud y gozo. 


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Escrito por: Areli Núñez