Probablemente alguna vez has sentido que los problemas a los cuales te enfrentas no tienen salida, que jamás terminarán, que estás solo en esto y que eres el único que atraviesa ese problema. Todos estos pensamientos logran tener el acceso a nuestra mente e incluso a nuestro corazón cuando ponemos todo nuestro enfoque en la tormenta, en el tamaño de las olas, en la lluvia, los truenos y en que en cualquier momento nos hundiremos. Pero quiero decirte que eso que estás escuchando es la voz del acusador tratando de debilitarte y entre más atención le das, más poder logra tener sobre ti. 


Ningún problema es insignificante o menos importante, así como no hay problema demasiado grande para Dios. Jesús no dijo que si lo seguíamos íbamos a vivir por siempre libres de problemas o tribulación, por el contrario Él dijo: 


“Y todo lo que les he enseñado es para que la paz que hay en mí esté en ustedes y les dé gran confianza mientras descansan en mí. Porque en este mundo incrédulo experimentarán problemas y dolores, pero deben ser valientes, ¡porque yo he conquistado el mundo!” Juan 16:33 TPT


Recordemos que Él es el príncipe de paz, Él es quien produce la paz; por lo general creemos que la paz es la ausencia de algo, la ausencia de crisis, de preocupación o de ansiedad, pero quiero proponerte que la paz es la presencia de alguien, en el momento en el que Jesús entra en escena, su paz que sobrepasa todo entendimiento (Filipenses 4:7) inunda cualquier lugar y tiene el poder de cambiar cualquier atmósfera. 

Pero ¿sabes qué es la paz realmente? en hebreo la palabra paz se traduce como shalom, lo cual quiere decir: el espíritu que ordena el caos, y el caos es todo aquello que no está dentro de los deseos del corazón de Dios para nuestras vidas (enfermedad, escasez, tristeza, adicciones, ataduras, etcétera). 


La paz significa también descansar en su victoria, si creemos que ya ha vencido al mundo, la muerte, la enfermedad y todo lo que pueda preocuparnos y alejarnos de vivir una vida como Él la vive, entonces podemos descansar y confiar en que Él está a cargo de todo lo que tenga que ver con nosotros. El enemigo no puede quitarte la victoria, pero sí puede quitarte la habilidad para disfrutarla. ¿Entonces de qué manera podemos sentir paz en medio de la peor tormenta? ¿O cómo podemos disfrutar en medio de una crisis? 


“Pero los discípulos, que ahora estaban en medio del lago, se metieron en problemas, porque su barca era sacudida por los fuertes vientos y el mar embravecido. Aproximadamente a las cuatro de la mañana, Jesús se acercó a ellos caminando sobre las olas. Cuando los discípulos lo vieron caminar sobre el agua, se aterrorizaron y gritaron: "¡Un fantasma!". Entonces Jesús dijo: “Sean valientes y no tengan miedo. ¡Estoy aquí!".Pedro gritó: "Señor, si realmente eres tú, ¡haz que me una a ti en el agua!"

“Ven y únete a mí”, respondió Jesús. Entonces Pedro salió al agua y comenzó a caminar hacia Jesús. Pero cuando se dio cuenta de la altura de las olas, se asustó y comenzó a hundirse. "¡Sálvame, Señor!" gritó.” Mateo 14:24-31 TPT


Pedro logró caminar sobre el agua, pero en el momento en el que dejó de ver a Jesús y vio la tormenta, comenzó a hundirse. No dejes que el tamaño de tus problemas te haga olvidar lo grande que es Dios y el poder que tiene. Mantén tu mirada en Jesús y ten siempre presente que no hay nada imposible para Él. 


“Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos. Me honras ungiendo mi cabeza con aceite. Mi copa se desborda de bendiciones.” Salmo 23:5 NTV


Dios está disfrutando contigo la victoria de Jesús y frente a tu peor problema Él sigue riendo porque sabe que todo estará bien, Él nunca se preocupa. Deja que Su voz silencie toda mentira que quiera atormentarte, porque no fuimos creados para ser atormentados, sino para atormentar al atormentador. ¿Cómo hacemos esto? Teniendo plena confianza en que Dios está con nosotros, en que habrá una solución, en que todo estará bien porque Él así lo dijo. Cuando disfrutamos y vemos todo desde nuestra posición de hijos, el enemigo sólo tiene una opción: huir. Jesús ya ganó y comparte su victoria con nosotros, no dejes que el enemigo te haga creer que has perdido porque eso es una mentira, no intercambies el gozo que Jesús puso en ti por la preocupación que el enemigo quiere sembrar en tu corazón.


Activación 


¿Te ha pasado que estás tan feliz disfrutando un momento que te olvidas todo lo malo que pasaste? 

Intenta imaginar que estás en un gran banquete sentado a la mesa con Jesús, disfrutando de todo tipo de manjares y tienes acceso a todo lo que Él tiene, porque todo lo que es suyo es nuestro también. Él quiere que vivamos desde nuestra identidad de hijos, en donde sabemos que Él se encarga de todo mientras nosotros disfrutamos. Medita en esto hasta que toda la preocupación se vaya y deja que Dios hable claramente a tu vida, recuerda que donde Él está, todas las tormentas se calman y todo el caos se ordena. No apartes tu mirada de Jesús, hazle saber tu necesidad y deja que te abrace y que te llene con todo el afecto que tiene por ti.

Él es un buen padre y el mejor de los amigos; al final todo estará bien y si no es así, es porque no es el final, y porque Dios tiene un futuro lleno de esperanza preparado para ti, lo mejor está por venir


Escrito por: Areli Núñez